Hay unos ojos que cautivaron mi alma, no sé de dónde se los pudo robar. No sé si fue de un lago de cristalinas aguas, o si en un día soleado se los arrebató al mar.
Hay unos ojos que entraron en mis sueños, y de allí no los puedo, no los puedo sacar. Son como Vikingos, de mi vida dueños, que no sé por qué me han venido a torturar.
Hay unos ojos hermosos que parecen destellos, destellos fulminantes que me pueden matar. Si he de morir, quiero morir en ellos, si es porque me miren, que me miren ya.
Hay unos ojos que no sé qué me hicieron, y no sé de dónde los pudo sacar; tal vez fue dos pedazos que se le cayeron al cielo, o al azulejo su plumaje le pudo cortar.
Hay unos ojos muy raros de nórdica dulzura, muy fríos y muy cálidos, que me han hecho temblar; han transformado todo en divina locura, han hecho de mi mundo de ilusiones un lugar sin igual.
Autor: Marinés Iglesias
Hay unos ojos que entraron en mis sueños, y de allí no los puedo, no los puedo sacar. Son como Vikingos, de mi vida dueños, que no sé por qué me han venido a torturar.
Hay unos ojos hermosos que parecen destellos, destellos fulminantes que me pueden matar. Si he de morir, quiero morir en ellos, si es porque me miren, que me miren ya.
Hay unos ojos que no sé qué me hicieron, y no sé de dónde los pudo sacar; tal vez fue dos pedazos que se le cayeron al cielo, o al azulejo su plumaje le pudo cortar.
Hay unos ojos muy raros de nórdica dulzura, muy fríos y muy cálidos, que me han hecho temblar; han transformado todo en divina locura, han hecho de mi mundo de ilusiones un lugar sin igual.
Autor: Marinés Iglesias
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